Supongo que siempre había sabido cómo iba a
terminar esta historia, sin embargo, decidí apostarle al rojo otra vez.
Me recuerdo
caminando por los jardines del Peterhof diciéndole a Nicolás todo el speech que
había preparado, sabes, nunca me imaginé que en medio de la belleza arquitectónica
que nos rodeaba lo único que podía hacer era secarme las lágrimas mientras le
contaba las dos opciones que teníamos, la de continuar nuestra historia o la de
vivir nuestro momento.
Cuando termine de
hablar, mi amor no supo que decir y me dijo que yo le proponía armar todo el
plan a él y que no tomaba parte activa del desarrollo, que teníamos sistemas y
visiones de la vida tan diferentes que no íbamos a funcionar, me quede en
shock, de que valía irme hasta el Palacio de Invierno si él no era capaz de
sincerarse conmigo, lo entendí y no deje de llorar en dos días, compre tickets
para el Hermitage que disfrute conmigo misma.
De alguna forma
intentamos que lo de nosotros funcionara el tiempo que me quedaría en la madre
Patria y funcionó, en medio de la travesía Nicolás me pidió que juntos ideáramos
la manera de estar juntos, incluso aunque pareciera platónico ya nos habíamos
hecho de planes de vernos en 03 o 04 meses en España o en Grecia y luego yo
seguir con mis sueños y buscar la forma de encontrarnos en cualquier lugar del
mundo, regrese del otro continente con esas esperanza.
Dos días después de
mi llegada a Perú, Nicolás decidió que lo mejor sería venir a Perú en enero y
luego regresar juntos en junio, y tenía tal determinación que ya tenía el
boleto comprado, me llene de ilusión sabes, él estaba tan seguro de estar
conmigo y yo lo amaba, 3 días después cambio el ticket y en lugar de venir en
04 meses, iba a aterrizar en 05 semanas, no podía más de la emoción, estallaba
de amor y felicidad de tenerlo cerca más pronto.
Y así, vino y
convivimos juntos, batallamos la rutina, hicimos nuestro plan de fuga para
tenernos cada noche, una visión que nos posicionaba a los nos dándonos el SI
ACEPTO, él nos vamos a casar y viviremos al lado del Mar Negro, y con esa
seguridad habló con mis familiares, mis amigos, yo por mi parte comencé a
estudiar lengua, fuimos juntos a la embajada a explorar la posibilidad de
casarnos aquí y retornar como señores a la Patria, que tanto nos amábamos.
Pero fui
descubriendo también como era una pequeña bomba de tiempo que explotaba por
cada situación que no podíamos controlar, que me hacía sentir culpable de todo
y me hacía pequeña, pequeña. Cada plan del fin de semana propuesto por mí era
opacado por sus propios planes e ideas, y no podía atreverme a salir con mis
amigos porque era una pelea segura. Estaba jugando al buscaminas
constantemente, cada opción que clickeaba era una acción hecha con miedo, para
no provocarlo o decepcionarlo, era re-pensar mis palabras para hacer parecer la
idea lo más afín a sus intereses.
De pronto un día,
cambio su vuelo de retorno 02 meses antes de su fecha de partida, entonces me
dijo que estaba aburrido de la vida que teníamos, es que no le gustaba vivir en
el mejor distrito de la ciudad, tampoco disfrutar del malecón, nuestros picnics,
nuestras risas y sus intentos fallidos de controlarme, su decepción porque no
soy capaz de hacer la limpieza de mi casa y prefiero pagar a la empleada, o su
falta de confianza de mis capacidades de cuidar a nuestros futuros hijos, y
entonces después de todo me dijo que en cuanto se fuera terminábamos, supongo
que lo difícil es el futuro inmediato, como se puede vivir cuando sabes que tu relación
tiene fecha de expiración.
Entonces supongo
que no podemos hablar de dolor hasta aquí cuando haz preparado los planes a
futuro, cuando tus sueños están a punto de cumplirse y puede ver como se te
escapan de las manos, haciéndote sentir culpable de todo, porque no puedes
cumplir el estándar modelo de ser la ama de casa que cuida de los niños y se
encarga del marido y deja de lado sus propios sueños.
Y te imaginas después,
sabiendo que se va y te deja y que a pesar de que corres por llegar a casa y
aprovechar al máximo el poco tiempo que te queda de su compañía, el solo pasar
el umbral del cuarto y de pronto sentir que el mundo se te derrumba, que te da
miedo preguntar si se siente bien y te diga que no y que es por tu culpa, que
solo esperas que las horas se extiendan para poder entender cuál es el
mecanismo que hace que el actúe de esa forma.
Y que vivir
tratando de satisfacerlo y hacerlo feliz no vale de nada porque ni siquiera él
es feliz consigo mismo, que duda de ti y sus inseguridades no lo dejan, porque
le haz enseñado a quererlo de una manera en la que él ni siquiera es capaz de
quererse así mismo.
Y te preguntas mil
veces, que ha pasado, y donde me equivoque, y la incertidumbre de no saber si
nos queda algo, las despedidas que ya te saben a final son las más dolorosas, y
coserte las heridas diariamente para sonreír porque es así como quieres que te
recuerde, porque te cansaste de pedirle que deje de buscar el boleto de avión
por cada desacuerdo, que absurdo el no entender si te extraño más o si te amo
demasiado.
Me ha dolido más,
despedirlo rogando que no se fuera sin saber qué hacer para que se quede, que
absurdo final para nuestra historia después de todo lo ganado he perdido la
guerra, y comencé a compartir la almohada contigo sin tener más sueños en común.
El amor ya había triunfado
- martes, 7 de abril de 2020
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