Generalmente soy una persona que colecciona
certezas, puedo hacer planes a futuro, programar mis actividades y mover las
fichas en base a algún objetivo común, pero su sonrisa me ha traicionado. Hemos
pasado Navidad juntos en las montañas, el plan del día era descubrir una
catarata en Huamanga, recorrer 3 horas en moto, caer en un arroyo y correr por
la campiña, hace tanto no era tan feliz; nos hemos prometido pasar el Año Nuevo
juntos en Cusco y me encontraba comparando lo triste que había sido el año
anterior, sin embargo, él, me ha subido a la moto, ha cargado leña, quesos y
vino y me ha tapado los ojos con su bufanda, agárrate fuerte me dijo que tengo
algo para ti.
La noche anterior
me había visto contemplando las estrellas en Pisac, así que me llevo a
Quinsacocha, preparo la fogata, me besó en la frente y me dijo, esto es para
que puedas apreciar las estrellas, sonreía y una lagrima me surcaba la mejilla,
me voy a permitir enamorarme de él.
Ya habíamos estado
juntos en la Costa, en la Selva y en la Sierra, yo sabía perfectamente lo que
el tramaba, seguiría su camino a Bolivia, Chile y Argentina, me he despedido de
él pensando que nuestra historia se terminaba en Perú. Dos días después me ha
sorprendido preguntándome como me miraba en los próximos meses y si había
posibilidad de seguir juntos, le dije que sí y juntos hemos visto el amanecer más
bonito del mundo en Uyuni, hemos conquistado Mendoza y sobrevivimos a La Paz,
he tenido mi diario de motocicleta en mi continente y mi capitán no ha dejado
nunca de besarme ni de llevarme el desayuno a la cama.
Mi adorado Nicolás,
se ha pasado más de un mes metido en mi departamento, me ha servido la cena
cada noche y se ha enamorado de mi gato, lo veo esperarme cada tarde desde mi
balcón y su sonrisa ilumina mis penurias. Él nunca tiene planes, y yo ya tengo
una visión a futuro con él, quizás deba visitarlo ahora que ha regresado a
Motherland, quizás deba dejar de revisar nuestros miles de mensajes y el
centenar de paisajes que hemos recorrido.
Tengo su corazón
acompasado al mío y le ruego al universo nos brinde un poquito de luz, podremos
sobrevivir esta distancia, podremos desafiar la zona horaria, agosto
probablemente me traerá los argumentos que me empujen a volar.