El adiós a las noches de cucharita

He encontrado un poema de Orlando Leoni, para decirle adiós a los "quédate 5 minutos más", el adiós a los mensajes nocturnos, el adiós al tirar piedritas a la ventana, el adiós del coro del balcón gritando mi nombre con el traje de astronauta, el adiós a las papas fritas de las 3 la mañana, el adiós del "odio comer contigo, por que me caes muy bien", el adiós a las miradas lascivas en situaciones inesperadas, el adiós del "odio salir con otras chicas", el adiós del temido final de Lalaland, el adiós de los arpegios dolorosos...
Fantasía de medianoche
La noche nunca será tan joven como nosotros.
En su cavidad e inocencia dormida
nosotros estamos despiertos.

Estela abre los ojos al mundo
como un telón de espejos tendidos bajo el manto cálido de su aliento
su respiración pausada, medida como un minuto, un segundo,
en un reloj de arena con su hilo de tiempo desgranado.

Me gustan sus senos pequeños porque caben enteros en mi boca
me gustan sus botones de madera oscura
su cuero caliente, su agua de hembra.

Su cuerpo se siente entre mis dedos como la bruma infinita de un océano revuelto
lágrimas de cangrejos, saliva de ballenas, semen de tiburones, 
las olas mezcladas en una fiesta salina de viento, corales y ese vacío al revés.

Es el fondo del mar, el pico de la botella y el filo de la copa
de donde beben mis labios
se sirve ella sola
y se extingue nuestra vida
antes de volver a empezar.




PD: No serán 10 años los que tengan que pasar para que te arrepientas.

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