Pura Vida

 Un día me canse de todo, exploto la pandemia y le dije adiós a la antigua versión, agarre mi mochila, me junte con 2 amigos y nos alquilamos una casa de playa en Punta Sal. Le dedique todo el tiempo a sanar, hice deporte, practique yoga, meditaba todas las mañana, me dejaba acariciar por el sol norteño, por las olas de este mar generoso, la comida y pesca diaria y fresca, y la casita con hamacas en frente de la playa, por una puta vez en la vida fui feliz , sin culpas ni arrepentimientos, reconocí la felicidad que se abría frente a mi, hice terapia , me cure y volví a sonreír.

Y aprendí a perdonarte porque todavía te amaba.




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